2/15/2007

Fuck me again, Valentine

Llevo varias semanas pensando en este día.

Quiero sorprenderle como nunca.

He salido del trabajo deseando llegar a casa. Voy a comprar un buen champán y fresas. Las limpio y las meto en el frigo, junto con la botella. Elijo dos copas, las dejo impecables, me desnudo, dispuesta a darme una sesión completa de belleza. Dejo mi reloj cerca para controlar la hora límite: tengo tiempo para una laaaaarga y deliciosa sesión. ¡Va a ser perfecto!

Decido darme un baño. He comprado sales y aceites con olores de esos carísimos de la Occitane, que a él le vuelven loco: lavanda, musk... Durante media hora me froto todo el cuerpo con mi guante exfoliante, resistiendome a la masturbación y pensando en que será mucho mejor retrasar el momento y esperarle. Me lavo el pelo con cuidado, me pongo mi mascarilla. Mmmmmmmmmm...

Estoy súper sexy con el albornoz. Sonrío y ensayo mis caras más cinematográficas en el espejo: me gusta mucho lo que veo y a él todavía le va a gustar más. Derrocho tiempo con la máquina de depilar: casi dos horas para eliminar cualquier rastro de pelo no deseado. Le dedico un “corte de pelo” muy especial y me embadurno en aceite.

Han pasado 3 horas. Me he planchado la melena, aunque hoy llevaré peluca, y me he maquillado a lo Gilda: pestañas larguísimas y boca rojo pasión. Me lo estoy pasando de miedo con el atrezzo, pero aún falta la mejor parte...

Coloco la ropa encima de la cama y dudo un instante sobre cambiar los planes... ¿Será demasiado? A lo peor se asusta... No. Decido seguir adelante: zapatos de 15 cm de tacón atados en el tobillo, rollo bondage; medias de seda con puntilla hasta medio muslo; liguero en la cintura; braguitas blancas tipo brasileño; sujetador wonder en puntilla también blanca y sin tirantes... me estoy excitando cada vez más con lo que veo en el espejo: ¡¡¡Dios, pero qué buenísima que estoy!!!! Ni siquiera pienso en mis piernas paliduchas o en los quilos que todavía no me he quitado desde Navidad... Grrrrrrrrr... Y ahora lo mejor: ¡¡¡el disfraz de enfermera!!! Y, por último, el toque exótico: la peluca.

Me miro. Parezco una mezcla de la asesina rubia de Kill Bill y un putón de Benny Hill, pero ese lado oscuro seguro que le parecerá irresistible. ¿O me he pasado? Parezco un travestí... Va, niña, más confianza: eres un bombonazo y casi es la hora.

Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac...

No llama. No tengo ningún mensaje en el móvil...

Quizás no tenga batería. Claro, está muy bajo de batería. Lo enchufo. Vuelvo a mirar la bandeja de entrada. Nada. Ni un puto sms. Bueno, no voy a ponerme nerviosa, sólo han pasado 10 minutos.

Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac...

Jooooooodeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrrrrrrrr...

Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac. Tic tac....

Ha pasado una hora. Primero he estado torturando mi cerebro con los mil imprevistos que podían hacer que se retrase: le han robado la bolsa con el móvil dentro, le han detenido, quizás el ataque de un perro rabioso, una maceta desde un cuarto piso... Todas las posibilidades, incluso la abducción por parte de un ovni toca pelotas.

Mierda de reloj...

La culpabilidad ha dado paso a la rabia y ésta a la autocompasión: “se ha olvidado”, “no me quiere”, “hemos terminado”...

Tic tac...

¡VOY A MATARLE! ¡NO! NADA DE ESO: ME LAS VA A PAGAR... LE VOY A HACER TRAGAR SU PROPIA MEDICINA... (claro que vestida como un zorrón, hasta quizás le guste) BUENO, PUES DA IGUAL: VA A SABER QUIEN SOY YO!!!

“El teléfono móvil está apagado o fuera de cobertura en este momento...”

Mierda.

Mierda, mierda, mierda.

Que le den por el culo. Que le follen a él, al puto San Valentín y a su santa madre. A la mierda. A la mierda también mis ideas estúpidas. Y...

- ¿Te pongo una inyección, guapa?

- Pero, ¿se puede saber qué coño estás mirando, imbécil?

- Pues casi que el tuyo, golosa...

- Me cago en... Eres un cerdo!!!

- Y tú una exibicionista!!! ¿A cuánto la hora?

- Pero... SERÁS CABRÓNAZO!!!

- Y TÚ PUTA, TÍA!!!

- PERO SI ESTOY EN MI CASA!!!

- PUES CIERRA LA CORTINA, QUE ESTÁS PONIENDO A TODO EL VECINDARIO CAHONDO!!! PERO SI QUIERES UN BUEN POLVO, VIVO EN EL D-7, EN EL 5º 4ª!!! EH, QUE ESTOY SOLO!!!!

(...)

La última frase la he oído a pesar del golpe con la puerta del balcón y el ruido de la persiana al caer... Joder, el muy gilipollas sigue diciendo estupideces. Yo me quiero morir. Con mi Murphy, fijo que me lo encuentro mañana en la panadería... ¿Me conocerá con la peluca? Ostia, pero si sabe donde vivo...

Mierda...

Vaya mierda de San Valentín...

(...)

Han pasado dos horas. No sé dónde anda mi peluca. Me he bebido enterita la botella de champán y que me ha costado lo suyo con las burbujas... Tengo el puto “rouge” de labios carcomido y, con la llorera, parezco Alice Cooper con el rímel corrido; pero me encuentro mucho mejor. No pienso quitarme el disfraz. Voy a dormir con él. Sigo estando sexy, aunque menos que antes. Me he masturbado y estoy borracha... He apagado el móvil y estoy escuhando mi canción para emergencias emocionales. Creo que me fumo un cigarrito y me imaginaré un buen rato que House me ha dado un revolcón salvaje...

Risas...

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